Adviento 2024, “preparad el camino” con María

La palabra latina “adventus” significa “venida”. En el lenguaje cristiano se refiere a la venida de Jesucristo. La liturgia de la Iglesia da el nombre de Adviento a las cuatro semanas que preceden a la Navidad, como una oportunidad para prepararnos en la esperanza y en el arrepentimiento para la llegada del Señor.

En esta ocasión, el domingo 1 de diciembre comenzamos el periodo de adviento. Es frecuente compartir un calendario que puede ayudar a vivir cada día de este tiempo litúrgico, como preparación hacia la Navidad. Además, se acostumbra a encender la Corona de Adviento con diferentes velas, con motivo de la llegada de Jesús.

Los tiempos litúrgicos, además de ser una memoria repetida de la historia de la salvación, son la ocasión para actualizar, en nuestras circunstancias y en nuestro tiempo, el amor infinito de Dios que sigue obrando, hoy y siempre, en nuestras vidas porque, como tenemos experiencia, necesitamos salvación en tantas formas de desánimo, de pobreza, de egoísmo, de violencia, de impiedad presentes en nuestro tiempo.

El modelo de nuestra preparación es María, que esperó con inefable amor de Madre el nacimiento de su hijo, Jesús. Y ¿cómo lo esperó María? Su canto al visitar a su prima Isabel nos ilumina para tratar de dar un pasito más en acoger y alegrarnos por un amor tan grande:

“Se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador…

ha mirado la humillación de su sierva…

ha hecho obras grandes por mí”.

Sí, Dios es nuestro dulcísimo Salvador, nuestro Padre misericordioso y por ello no desdeña nuestra pequeñez. Cuando reconocemos nuestra pobreza, nuestra debilidad, le estamos abriendo la puerta para que nos pueda dar el abrazo que cura y conforta. Pero, a veces, nos quedamos a medio camino, lo queremos resolver sólo con nuestras fuerzas, con nuestros planes… Quizás nos puede faltar un poquito de fe.

Fe es coraje y valentía para pedir, para esperar, para confiar porque para Dios nada es imposible y hace obras grandes en quien se deja guiar por su Espíritu. A pesar, o mejor, gracias a nuestra pobreza, podemos presumir de nuestras debilidades, porque confiando en el amor de Dios, cuando soy débil, entonces soy fuerte.

María nos quiere ayudar a disponer nuestro corazón para fortalecer, este año, la gracia de su nacimiento y para compartirla, como sembradores de estrellas, con nuestros hermanos.

La catequesis, las celebraciones penitenciales, la Eucaristía dominical, la operación Kilo, los Belenes y las convivencias… alimenten, en nuestro colegio, el fervor y la ilusión por celebrar una gozosa Navidad.

Equipo de Pastoral y Tiempo Libre