
¡Lo hemos logrado! Ha costado, eso sí, porque este reto (nº35) requería tiempo y paciencia, dos cosas que a veces nos faltan en la vida. A través de este reto hemos puesto en práctica todo lo que hemos aprendido acerca del ciclo vital de las plantas pero, además, hemos experimentado de primera mano cómo, tras toda esa ciencia y conocimiento, sigue habiendo algo inexplicable y mágico: el ansia de querer que nuestra planta creciera pronto y bien… la sorpresa de comprobar los cambios… la pena cuando algún grano no germinaba…
Pero, por encima de todo, hemos visto que con tiempo, paciencia y cariño, paso a paso, se pueden lograr cosas. Nos hemos dado cuenta de que esto se aplica no solo a los garbanzos, no solo a las lentejas, sino a muchas más cosas. Por ejemplo: Los estudios, la amistad, la crianza de un hijo o una hija…
Es milagroso que algo tan insignificante como una lenteja, nos haya aportado tanto. El saber ver lo grande que hay detrás de las pequeñas cosas, sin duda, y la importancia de la paciencia y los cuidados son lecciones que encontramos también en la obra de San Jerónimo, cuyas enseñanzas nutren nuestra vida para que tengamos fuertes raíces y demos importantes frutos. ¡Reto conseguido! ¡Enhorabuena!
