En este Jueves Santo, los participantes de la Pascua Juvenil Somasca 2024 se sumergieron en un día de reflexión y encuentro espiritual profundo. Siguiendo el camino marcado por la invitación a detenerse y reparar nuestras vidas, los jóvenes exploraron sus propias cegueras y se abrieron a la sanación y la gracia divina.
La jornada comenzó con una reflexión sobre la ceguera espiritual, recordando el grito de aquellos que buscaban ver la luz de la verdad. A través de dinámicas y momentos de oración, los participantes identificaron las áreas en sus vidas donde necesitaban el toque sanador de Dios.
En la celebración de la Eucaristía, se destacó el amor de Dios manifestado en gestos concretos: el don de su cuerpo y sangre en la Santa Comunión, el humilde acto de lavar los pies y el llamado al sacerdocio. Estos gestos inspiraron a los jóvenes a comprometerse a amar como Dios ama, con entrega y generosidad.
La jornada culminó con una Hora Santa en la que los participantes se sumergieron en la soledad de Getsemaní, reflexionando sobre sus propias negaciones y tentaciones. Sin embargo, encontraron consuelo en la promesa de que Dios nunca los abandona, incluso en los momentos más oscuros.
Este Jueves Santo fue un recordatorio para todos los participantes de que, a pesar de nuestras debilidades y cegueras, el amor de Dios brilla constantemente sobre nosotros, ofreciéndonos la oportunidad de renovación y redención en esta Semana Santa.